Tú mejor inversión: hacer un Test Vocacional
En este artículo me centraré exclusivamente en los jóvenes que deben elegir su carrera por primera vez como es el caso de estudiantes de enseñanza media o por segunda vez, es decir, a los que están en etapa de decidir qué carrera optar o desean cambiarse con un grado de certeza.
Desde hace más de 10 años que realizamos diagnósticos vocacionales y hemos comprobado que actualmente les resulta más complejo decidir a los jóvenes que estudiar. ¿Qué cambió?
- Mayor oferta y posibilidades más amplias de donde y que elegir.
- Desde hace unos tres años los jóvenes presentan un atraso en concretar su madurez, lo que les impide tener una visión clara de quienes serán y como canalizar sus inquietudes.
- Los jóvenes desean tomar sus propias decisiones , alejándose de la opinión de sus progenitores, evitando imposiciones o las carreras de familia o el cumplir el sueño de un padre o madre que quiso estudiar una determinada profesión.
Todo lo anterior dificulta la toma de decisiones y todavía se deja muy al azar o a lo que opinan los compañeros, amigos y familiares cercanos.
Todos apuntan a la bandada, sin información clara y fidedigna, lo que hace que se produzca una importante deserción y/o cambio de carrera los primeros años. Esto lleva a la frustración, al impacto que genera en el presupuesto familiar y por supuesto el daño en la autoestima de los jóvenes.
La repuesta se espera de los colegios, lo que no siempre ocurre. Lo sabio es anticiparse a las posibles dificultades y hacer un test vocacional, serio, profundo, dedicado e intenso, que ayude a resolver claramente, con indicadores, cual es el mejor talento o competencia que tiene el estudiante y que en muchas ocasiones se desconoce y se aleja de las notas que se tienen en el periodo escolar.
Investigar lo que puedes obtener de un diagnostico vocacional, que se centre en lo positivo, para que los jóvenes utilicen adecuadamente sus capacidades, sean felices en lo que estudian y luego trabajen satisfechos de lo que son y han logrado, lo que sin duda redoblará en sus logros y metas.
¿No es acaso lo que los padres queremos para nuestros hijos?
